Yo estoy en contra del aborto, y
lo estoy por ignorante, y esta confesión no es un sarcasmo. Mi postura parte
del hecho que considero que la vida humana es el bien supremo de la sociedad,
reconocida inclusive en nuestra constitución, y que no sabemos en qué momento esta
se inicia.
En la discusión que se ha dado,
en argumentos y slogans a favor y en contra, considero que hay mucho ruido. Por
un lado, creo que en una discusión sobre el aborto en un estado laico no cabe
citar a Dios. Para aquellos que crean en Él (y soy uno de ellos) y saben que Él
les habla (no tengo ese privilegio) y les dice NO AL ABORTO, deberán resolver
su rollo en Su presencia y verán si lo obedecen o se confiesan por desobedecer,
pero quedará en su actuar: No lo pueden imponer a otras personas, de su misma
religión, que profesa otra religión o son ateos. ¿En virtud de qué?
Por otro lado, en los que están a
favor, me parece que apelan a argumentos límites de victimización. Se ponen en
el supuesto de una mujer violada y como
consecuencia no se le puede pedir que además tenga a su lado al producto de ese
acto aberrante. Considero, que si una mujer tiene derecho a abortar, lo debe
tener en cualquier circunstancia, incluso simplemente porque quiere. Se indica
que las mujeres no son incubadoras, pero eso es solo un slogan, la condición
nuestra es que las mujeres son las que poseen úteros y los hombres se tienen que
resignar (hasta que tal vez la ciencia pueda cambiar esto) a ser incapaces de
gestar. Se dice que solo las mujeres son las únicas que tienen derecho a
opinar, y eso va en contra de toda discusión sobre derechos y sociedad, es más,
si se consideran víctimas, son las menos indicadas para juzgar, pues no es la
víctima la que juzga, sino la que clama justicia ante una instancia que pueda
decidir la justicia de la reparación, teniendo en cuenta el clamor de la
víctima. Se dice que igual se hacen abortos, entonces porque no se despenaliza,
pero eso es un argumento tan simplón que vale para otros actos como el robo:
¿por qué no despenalizamos el robo si igual se roba? (y no se escandalicen de
que estoy comparando el aborto con un robo, solo estoy argumentando sobre lo
que considero una pobreza argumentativa)
Yo creo que el meollo del asunto
se centra que si podemos considerar que el embrión es una vida humana, no lo
es, o cuándo se convierte en una. Decir que a las 22 semanas es el punto de
corte porque antes es inviable es un aspecto práctico, pero no resuelve el
tema. Y creo, que no se puede resolver, me suena a una discusión ontológica sin
respuesta contundente.
Para tomar posición, yo me pongo
en las siguientes situaciones:
Situación 1: ¿Un niño recién
nacido, producto de una violación, puede ser sacrificado una vez que se corta
el cordón umbilical que lo une a la madre? Mi respuesta es NO, y creo que todos
están más o menos de acuerdo con ello ¿o no?. Entonces, ¿dónde queda el
sufrimiento de la madre de tener a su lado al producto de tan infame acto? ¿Acaso
el niño no debe ser asistido para que pueda sobrevivir? Creo que a pesar de
seguir siendo cierto que la madre puede sufrir y se debe asistir al bebe para
que “sea viable”, se le reconoce como ser humano.
Situación 2: El caso anterior, pero
un día antes. Creo que podemos considerar que es lo mismo, y que si se pudiera abortar
sin problemas al no nacido en ese momento, no es diferente a la situación 1.
Entonces, asumiendo que el
embrión recién concebido no es un ser humano, existe un momento entre ese punto
y el momento de nacimiento en que se convierte en tal. Pero ese punto lo
ignoramos y no puede ser dejado a una convención: Está en juego lo que
consideramos el bien supremo, como para jugarlo a los dados.