miércoles, 8 de julio de 2015

#NoAlAborto por ignorancia

Yo estoy en contra del aborto, y lo estoy por ignorante, y esta confesión no es un sarcasmo. Mi postura parte del hecho que considero que la vida humana es el bien supremo de la sociedad, reconocida inclusive en nuestra constitución, y que no sabemos en qué momento esta se inicia.

En la discusión que se ha dado, en argumentos y slogans a favor y en contra, considero que hay mucho ruido. Por un lado, creo que en una discusión sobre el aborto en un estado laico no cabe citar a Dios. Para aquellos que crean en Él (y soy uno de ellos) y saben que Él les habla (no tengo ese privilegio) y les dice NO AL ABORTO, deberán resolver su rollo en Su presencia y verán si lo obedecen o se confiesan por desobedecer, pero quedará en su actuar: No lo pueden imponer a otras personas, de su misma religión, que profesa otra religión o son ateos. ¿En virtud de qué?

Por otro lado, en los que están a favor, me parece que apelan a argumentos límites de victimización. Se ponen en el supuesto de una mujer violada  y como consecuencia no se le puede pedir que además tenga a su lado al producto de ese acto aberrante. Considero, que si una mujer tiene derecho a abortar, lo debe tener en cualquier circunstancia, incluso simplemente porque quiere. Se indica que las mujeres no son incubadoras, pero eso es solo un slogan, la condición nuestra es que las mujeres son las que poseen úteros y los hombres se tienen que resignar (hasta que tal vez la ciencia pueda cambiar esto) a ser incapaces de gestar. Se dice que solo las mujeres son las únicas que tienen derecho a opinar, y eso va en contra de toda discusión sobre derechos y sociedad, es más, si se consideran víctimas, son las menos indicadas para juzgar, pues no es la víctima la que juzga, sino la que clama justicia ante una instancia que pueda decidir la justicia de la reparación, teniendo en cuenta el clamor de la víctima. Se dice que igual se hacen abortos, entonces porque no se despenaliza, pero eso es un argumento tan simplón que vale para otros actos como el robo: ¿por qué no despenalizamos el robo si igual se roba? (y no se escandalicen de que estoy comparando el aborto con un robo, solo estoy argumentando sobre lo que considero una pobreza argumentativa)

Yo creo que el meollo del asunto se centra que si podemos considerar que el embrión es una vida humana, no lo es, o cuándo se convierte en una. Decir que a las 22 semanas es el punto de corte porque antes es inviable es un aspecto práctico, pero no resuelve el tema. Y creo, que no se puede resolver, me suena a una discusión ontológica sin respuesta contundente.

Para tomar posición, yo me pongo en las siguientes situaciones:

Situación 1: ¿Un niño recién nacido, producto de una violación, puede ser sacrificado una vez que se corta el cordón umbilical que lo une a la madre? Mi respuesta es NO, y creo que todos están más o menos de acuerdo con ello ¿o no?. Entonces, ¿dónde queda el sufrimiento de la madre de tener a su lado al producto de tan infame acto? ¿Acaso el niño no debe ser asistido para que pueda sobrevivir? Creo que a pesar de seguir siendo cierto que la madre puede sufrir y se debe asistir al bebe para que “sea viable”, se le reconoce como ser humano.

Situación 2: El caso anterior, pero un día antes. Creo que podemos considerar que es lo mismo, y que si se pudiera abortar sin problemas al no nacido en ese momento, no es diferente a la situación 1.


Entonces, asumiendo que el embrión recién concebido no es un ser humano, existe un momento entre ese punto y el momento de nacimiento en que se convierte en tal. Pero ese punto lo ignoramos y no puede ser dejado a una convención: Está en juego lo que consideramos el bien supremo, como para jugarlo a los dados.