A raíz del proyecto de Ley presentado por el congresista Bruce de la
Unión Civil No Matrimonial, se ha generado un debate al interior de la sociedad
peruana con argumentos contrarios que lindan con lo ridículo y hasta inútil:
Desde mi punto de vista, tarde o temprano esta ley o una similar se va a
aprobar, le guste a quien le guste, porque es consistente con un Estado laico
que busca proteger los derechos de todos sus miembros. Y si no es por
iniciativa propia, será por presión externa al ver que somos el único país
ridículo que no ha aprobado una ley similar. Personalmente, espero que sea más
temprano que tarde, y si es necesario participar en marchas y remarchas, ahí
estaré.
Me imagino esta discusión estudiada cincuenta o cien años más adelante. Parecerá
tan alucinante como nos parece ahora alucinante que se discutiera si los
indígenas americanos tenían o no alma. En este post me he propuesto buscar que las
opiniones que existían cuando “los caviares” de otrora buscaban (¡Oh, perdición!)
promover cambios que permitieran el derecho de la mujer a votar, o la abolición
de la esclavitud: Nadie en su sano juicio pretendería volver a discutir estos
temas, ¿no?
Voto de la mujer
Respecto al voto a la
mujer, que se aprobó el 7 de setiembre de 1955 (http://blog.pucp.edu.pe/item/69831/el-voto-a-la-mujer-7-de-septiembre-de-1955
- Este post indica que el Perú fue el penúltimo país en aprobar el voto de la
mujer, solo antes que Paraguay) encontré las siguientes opiniones:
José Carlos Mariátegui,
quien posteriormente cambiaría de opinión, decía: “…piense el lector cómo he de
detestar a esas marimachos desgreñadas, empeñadas en la conquista de un derecho
tan prosaico y vulgar como el voto. A todas las sufragistas me las imagino nurses
histéricas, a cuyos oídos ninguna voz caritativa deshojó jamás la flor de un requiebro”.
Interesante en esta opinión la calificación de marimacha, que en el fondo oculta
una visión de orden natural. ¿No es curioso? (Revisar: http://www.manuela.org.pe/wp-content/uploads/2010/06/54074260-El-poder-en-el-mundo-formal-Entre-el-voto-y-la-cuota.pdf
)
Francisco Pastor,
Partido Socialista, representante por Puno. Constituyente 1931-1933 (Misma
fuente anterior): Sostenía que la mujer por la función biológica de la
maternidad tiene una contextura peculiar y por sus diferencias anatómicas y
fisiológicas, no es ni inferior ni superior al hombre, tan sólo diferente. La diferencia
está asignada por los roles; la mujer es más sentimental y emotiva que el
hombre, pues se le ha asignado el hogar y la familia y es allí donde la mujer
debía “afirmar sus virtudes”; mientras que el hombre por ser “más intelectual”,
está preparado para la “lucha por la vida”19. Añadía que la vida política con sus
pasiones y sus luchas ha “enlodado demasiado a los hombres, para que las
mujeres, con su pureza, penetren en sus encrucijadas”. ¿No suena parecido al
argumento que el matrimonio es de un varón y una mujer porque es lo natural? El
documento fuente cita argumentos similares de congresistas y parlamentarios
contrarios al voto de la mujer por atentar contra el orden natural.
La libertad de los esclavos
La esclavitud es
abolida por decreto del presidente Ramón Castilla el 3 de diciembre de 1854, en
esta proclama que "restituye, sin condición alguna, la libertad de los
esclavos y siervos libertos, cumpliendo solemnemente un deber de justicia
nacional", se compra a los esclavos a nombre del Estado y se da la
libertad. (Fuente: Wikipedia http://es.wikipedia.org/wiki/Esclavitud#Per.C3.BA
).
Los argumentos contrarios
a la libertad de los esclavos giraban en torno a cuatro principales temas
(Fuente: http://macareo.pucp.edu.pe/ftrazeg/aafbc.htm
):
- La esclavitud es una institución
universal, incluso en la Biblia se narra que José fue vendido como esclavo
por sus hermanos; historia donde lo que era inusual y condenable no es que
existieran esclavos sino que los hermanos lo vendieran. Por otra parte, los
discípulos de Jesús no hablaron de liberar a los esclavos sino de
tratarlos con caridad. Contemporaneamente, Estados Unidos de Norteamérica,
país demócrata por excelencia, no abolió la esclavitud en su Acta de
Independencia, respetando el axioma universal.
- El pago a trabajadores en vez de contar con
mano de obra gratuita afectaría la economía nacional y haría que los
productos de exportación serían menos competitivos.
- Los negros no saben vivir sin un amo que
los controle: dejarlos en libertad solo conduciría a que “labradores
tranquilos y útiles” se conviertan en “ociosos, vagabundos o salteadores
de caminos” y “no serán con su vida licenciosa y desordenada otra cosa que
una gavilla de escándalo, que excite a la insurrección a los que se hallan
aún bajo servidumbre”.
- La defensa del derecho de propiedad y de
la garantía de no confiscación que contiene la Constitución, denunciando
que las leyes abolicionistas son inconstitucionales y violadoras del
Derecho Natural por cuanto se pretende privar a los hacendados de su
propiedad sin compensación alguna.
Las similitudes con
esta y otras discusiones saltan a la vista, y los comentarios sobran.
Corolarios
Corolario 1: Se puede escribir una crónica igual de absurda
respecto al tema de la Unión Civil, pensando que estamos en el año 2100, y colocando
cualquier argumento actual en contra.
Corolario 2: La institución del matrimonio civil entrará en
revisión. Yo pienso que no está lejos el momento en que el matrimonio civil se
circunscriba a aspectos relacionados al patrimonio y a la protección de los
hijos. Lo demás, al Estado no le importa, ni le debe importar.
Corolario 3: Sostener que no se debe aprobar la Unión Civil
porque este país es mayoritariamente católico (me suena que alguien pidió por
ahí un referéndum), no está muy lejos de pedir convertir al país en una Teocracia,
donde no sorprendería promulgar una ley que obligue a todos ir a misa los
domingos.
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